jueves, 1 de septiembre de 2011

No Le Temas a La Oscuridad

Guillermo del Toro, dueño de una mente fantástica al respecto al cine fantástico siempre caminando al borde de temas que crean fascino y miedo al espectador. Regresa al cine con la producción No Le Temas La Oscuridad, que es un “remake” de una película de los años 70 hecha para la televisión y cuenta en el reparto Katie Holmes, Guy Pearce y la niña Bailee Madison.


La niña Sally empieza a vivir con su papá y su madrastra en una mansión en lo cual el casal hace una restauración para vender. La casa tiene un gran valor ya que un famoso pintor tenia vivido en el pasado. Y sin querer, la niña encuentra en el sótano sin querer una puerta en lo cual viven algo desconocido y poco a poco esos seres desconocidos quieren llevar a la pequeña Sally a la oscuridad.

No Le Temas La Oscuridad tiene un guion interesante, así demostrando una tendencia de Del Toro crear para el espectador lo que podemos decir, un terror sin restricción de edad. O sea, la tentativa de la película es clara para iniciar los más chiquitos al género con un proyecto que busca la creación de la tensión y del miedo sin crear momentos gratuitos de susto. Por suerte, los involucrados logran de una manera correcta su objetivo.


Toda la película imprime el lenguaje de la construcción del miedo. Toda la tensión es dada en pocas dosis al espectador y quedando más pesado hasta llegar al final de la película con una estructura impar. Katie Holmes nunca fue una gran actriz pero está bien encuadrada al lo que se refiere al personaje. Pero la verdadera joya de la película es sin duda Bailee Madison. Su personaje, Sally, es un encanto en escena. Ella con su mirada inocente y la inquietud de la edad lo hace que el espectador quede preso en los momentos de tensiones que el proyecto tiene. Guy Pearce aparece poco pero no es un personaje tan fundamental cuanto es la madrastra y su hija.

No Le Temas a La Oscuridad brilla por no traer nuevas lenguajes y si por hacer lo que los grandes maestros del género hace, una construcción del miedo hasta el punto de que los sustos y los gritos salen al natural. Una de las mejores cosas que salió de la mente de Del Toro desde El Espinazo del Diablo. Una pequeña joya que sin duda que tiene que ser disfrutado en la pantalla grande y todo que la sala oscura tiene a dar al espectador.

4 estrellas - ****

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